LA CIUDAD DEL MAÑANA SE CONSTRUYE HOY: LOS 14 PUNTOS DE BRUGADA BAJO LA LUPA SOLARPUNK

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LA CIUDAD DEL MAÑANA SE CONSTRUYE HOY: LOS 14 PUNTOS DE BRUGADA BAJO LA LUPA SOLARPUNK

Por Mauricio Palomares

En la Ciudad de México, donde el aire quema, los techos reflejan desigualdad y los arroyos corren bajo el asfalto, el anuncio de Clara Brugada sobre los 14 puntos por una Ciudad Habitable y Asequible ha llegado como una bocanada de esperanza política y ecológica.

Aunque muchos recibieron el documento como un pliego de compromisos urbanos, lo que realmente se puso sobre la mesa fue un modelo de transición urbana que —si se aplica con valentía— podría acercarnos al anhelo de una capital verdaderamente SOLARPUNK: sostenible, solidaria y tecnológicamente humanista.

¿Qué es una visión solarpunk?

El término solarpunk no es solo una estética de jardines verticales y bicicletas eléctricas. Es una filosofía de diseño urbano y de vida que se opone al cinismo distópico del colapso ecológico y apuesta por imaginar futuros donde la tecnología, el arte y la comunidad se combinan para sanar nuestro vínculo con la Tierra.

Donde el cyberpunk profetizaba caos corporativo, el solarpunk cultiva esperanza radical. Y ahí es donde los planteamientos de Brugada pueden hacer sentido, si se integran desde abajo y con voluntad política.

¿Qué puntos destacan?

De sus 14 propuestas, hay al menos cuatro que dialogan directamente con una visión solarpunk:

1. Ciudad de barrios y proximidad, donde todo esté a 15 minutos caminando.

2. Suelo público para vivienda social, que rompe con la gentrificación elitista.

3. Movilidad sustentable y gratuita para quienes menos tienen.

4. Infraestructura verde y resiliente frente al cambio climático.

Esto no se logra solo con más ciclovías o azoteas verdes. Requiere rediseñar la ciudad con y para la comunidad, creando barrios energéticamente autosuficientes, economías circulares y entornos que inviten al cuidado colectivo.

Dos ejemplos solarpunk que ya existen

1. Freiburg, Alemania – La ciudad solar

El distrito de Vauban, en Freiburg, fue diseñado con criterios ecológicos desde los años 90. Hoy, el 70% de sus techos tiene paneles solares, la mayoría de sus calles son peatonales y cada edificio está diseñado para ser energéticamente neutro. No es utopía: es planeación y voluntad.

2. Medellín, Colombia – Ecobarrios comunitarios

Con políticas urbanas integradoras, Medellín ha convertido zonas marginales en ecobarrios autosustentables, con teleféricos que conectan a la ciudad, jardines comestibles comunitarios y centros culturales que fortalecen el tejido social. Una respuesta real al abandono urbano.

¿Y en la CDMX?

Ya existen semillas: los senderos seguros, las cooperativas de vivienda en Iztapalapa, algunos proyectos de energía solar popular. Pero falta escala, integración y visión de futuro.

Los 14 puntos de Brugada pueden ser el andamiaje de una Ciudad de México para vivir bien, sin expulsar a nadie, y con la naturaleza como aliada. Pero sólo si se abordan con una mirada sistémica, no solo electoral.

Conclusión

La urgencia climática ya no permite medias tintas. Si de verdad queremos una ciudad habitable y asequible, necesitamos también que sea poética, solar y comunitaria. El futuro solarpunk no es un sueño: está esperando que lo construyamos.

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