Por Monserrat Californias
La depresión se convirtió en una crisis silenciosa que golpea con fuerza a la Generación Z en México. Jóvenes nacidos entre 1995 y 2009 enfrentan altos niveles de ansiedad y agotamiento emocional, aseguró el psiquiatra Marco Antonio Solís Bravo, de la UNAM. Aunque son reconocidos por su conciencia social y lucha por la salud mental, viven bajo una presión constante en un entorno hiperconectado. La paradoja es tal que ya se habla de la “Depresión Z”.
Según cifras de la Secretaría de Salud, en 2024 se registraron más de 399 mil consultas por depresión en el país, siendo los jóvenes de entre 15 y 29 años los más afectados. Esta etapa de la vida representa cambios intensos: estudiar, trabajar y construir identidad personal. Sin embargo, el estrés por cumplir expectativas y las comparaciones constantes en redes sociales deterioran su bienestar emocional.
Los síntomas van más allá de la tristeza. Incluyen falta de motivación, trastornos del sueño, pensamientos negativos e incluso ideación suicida, explicó la UNAM. Para considerarse depresión clínica, estos deben persistir al menos dos semanas. El entorno familiar violento, rupturas amorosas, duelos y las crisis económicas también son detonantes importantes.
En los casos más graves, la depresión puede conducir a adicciones o al suicidio. En 2023, murieron por esta causa 8 mil 837 jóvenes, siendo ya la tercera causa de muerte en este grupo. La pandemia también dejó estragos emocionales que aún no terminan de sanar. La salud mental juvenil es hoy una urgencia nacional.
La UNAM cuenta con programas como Espora Psicológica y su Clínica de Psiquiatría para atender estos casos. Para la población general, se recomienda recurrir a la Línea de la Vida (800 911 2000). Expertos llaman a implementar educación emocional, detección temprana y espacios de acompañamiento sin prejuicios. La clave es actuar antes de que sea demasiado tarde.